El elemento tierra está habitado por las Damas verdes, duendes, gnomos y
trolls, predominado la coloración verde y la energía receptiva. Las hadas o
damas, se caracterizan por su bondad y por ser las más antiguas que habitaron
el planeta, pueden ser imponentes o pequeñas, pero sus poderes son increíbles y
dominan la naturaleza.
Tierra:
Es
el mas denso de todos los elementos. Representa el invierno y la noche.
Duendes:
Según la mitología, los duendes son grandes seres mágicos. Se dividieron en dos
campamentos, los Ljsalfar, o duendes de luz y Dopkalfar o duendes de la
oscuridad, los cuales vivían en los bosques oscuros y bajo las olas del mar.
Gnomos:
No habitan en el subsuelo.
Trolls:
les da miedo la luz del día.
Anjanas o Hadas de los
bosques
La
anjana (de jana, antiguo nombre con que se designaba a las hechiceras durante
la Edad Media) es uno de los personajes más conocidos de la mitología cántabra.
Estos seres feéricos son la contrapartida a los crueles y despiadados ojáncanos
y ojáncanas y en la mayor parte de las versiones son las hadas buenas de
Cantabria, generosas y protectoras de las gentes. Su representación en la
mitología cántabra recuerda a la de las xanas en Asturias, las janas en León y
las lamias vascas, estas últimas sin su aspecto zoomorfo.
En
la tradición oral encontramos distintas explicaciones sobre la naturaleza de
las anjanas. Unos dicen que son criaturas celestiales enviadas por Dios para
realizar obras buenas y que tras 400 años regresan al cielo para no volver.
Otros en cambio señalan que son espíritus de los árboles encargados de cuidar
de los bosques. En todo caso, las describen de aspecto hermoso y delicado, con
medio metro de estatura, ojos rasgados, brillantes pupilas negras o azules como
luceros y mirada serena y amorosa. Tienen una piel blanquísima y su voz es
dulce, unas veces parece un ruiseñor cuando están contentas y otras las de un
escarabajo al pisar de las hojas en otoño. Esconden unas alas prácticamente
imperceptibles y casi transparentes.
Estas
ninfas de La Montaña poseen largas trenzas de color azabache u oro adornadas
con lazos y cintas de seda multicolores y se ciñen a la cabeza una hermosa
corona de flores silvestres. Visten una fina y larga túnica blanca que cubren
con una capa azul. En sus manos llevan una vara de mimbre o espino que cada día
de la semana brilla con una luz diferente.
Se
las ve paseando por las sendas de los bosques, descansando en las orillas de
los veneros y en los márgenes de los arroyos que parecen que cobran vida.
Conversan con las aguas que manan de las fuentes y manantiales que es donde
vive.
Ayudan a los animales heridos, a los árboles partidos por las tormentas o los ojáncanos, a los enamorados, a aquellos que se extravían en la frondosidad del bosque, a los pobres y a los que sufren. Cuando pasean por los pueblos dejan regalos en las puertas de los que se lo han merecido y si se la invoca pidiendo ayuda ellas la prestarán si es buena persona, pero también castigan a quien las desobedece.
Dice la tradición que durante el equinoccio de primavera, en la media noche, se reúnen en las brañas y danzan hasta el amanecer cogidas de la mano, esparcen rosas y quien logre encontrar una de estas que tienen pétalos púrpuras, verdes, áureos o azules, será feliz hasta la hora de su muerte.
En Cantabria tienen este trasfondo feérico las Hechiceras del Ebro (o de Valderredible), las Mozas del Agua, la Viejuca de Vispieres, las Anjanas de Treceño, las Moras de Carmona o las Ijanas del Valle de Aras entre otras.
Agua:
Representa la curación, lo psíquico y el amor. El agua es amor, purifica y limpia. Representa el otoño y el crepúsculo. Debajo de los lagos y mares hay inmensas ciudades y reinos de ninfas y duendes del agua. El agua es gobernada por las Ondinas, criaturas mitológicas del agua.
Ondinas: Suelen entrar en las profundidades en las cuales les encanta estar. Dirigen grupos que guían el agua por su cauce natural. Son de una gran belleza. Ondinas (femenino), Wallanos (masculino). Aman el agua y se encuentran en sus profundidades, dirigen grupos de Minutes, que trabajan continuamente, guiando el agua por su cauce natural y hasta su salida al mar.
Nerenes (masculino), Ensines (femenino). Son las que controlan las aguas del mar, sobre todo cuando hay tormentas, ya que sin su trabajo el efecto del agua en las costas sería devastador. Prestan gran ayuda al hombre, sobre todo en alta mar. Miden alrededor de 5 cm. Permanecen 1 año en plano físico y 100 años en plano astral. Trabajan en grupos y forman dentro de éstos, sub-grupos. Tienen ya un poco de conciencia y forman parejas. En las parejas de los elementales se intercambian poder.
Ondinas o Hadas de los Ríos
Son de una gran belleza. Ondinas (femenino), Wallanos (masculino). Aman el agua y se encuentran en sus profundidades, dirigen grupos de Minutes, que trabajan continuamente, guiando el agua por su cauce natural y hasta su salida al mar.
Nereidas o Hadas del Mar
Nerenes (masculino), Ensines (femenino):
Son las que controlan las aguas del mar, sobre todo cuando hay tormentas, ya que sin su trabajo el efecto del agua en las costas sería devastador. Prestan gran ayuda al hombre, sobre todo en alta mar.
Miden alrededor de 5 cm. Permanecen 1 año en plano físico y 100 años en plano astral. Trabajan en grupos y forman dentro de éstos, sub-grupos. Tienen ya un poco de conciencia y forman parejas. En las parejas de los elementales se intercambian poder.
Es importante que sepas, que cuando estés débil emocionalmente, para poder recuperarte tienes que centrarte en ti mismo y no en los demás, no te preocupes, si en tu entorno te quieren entenderán que es tu momento, y que eso no significa que te olvidas de ellos, ten en cuenta que incluso en los mejores momentos todos necesitamos, se hace necesario, y es imprescindible dedicarnos un tiempo para nosotros.
De todos los tipos de hadases una de las más peligrosas. tiene un rostro angelical, una mirada de niña inofensiva y una boca amable, capaz de balbucear las más dulces palabras. Se viste con llamativos trajes transparentes, y el cuerpo mismo es parte de esa sensación gaseosa y etérea. Sólo sus manos se muestran humanas, con una blancura extrema que provoca una atracción inevitable. Nadie puede escapar de la tentación, esos blancos dedos parecen estar siempre dispuestos a dar la más maravillosa de las caricias. Pero deben saber los caminantes que con sólo rozar la blancura de esa mano conocerán la locura o incluso la muerte.
Aunque prevenidos, muchos viajeros que emprenden su camino a través del bosque, sabiendo de la existencia de las hadas de mano blanca, son tentados por su piel y sus caricias. Ellas los buscan, los envuelven en sus mágicos perfumes y se acercan con el ofrecimiento de ayudar, para hacer grato el viaje. Son muy pocos los que pueden escapar. Un solo roce de su blanca mano provoca la muerte instantánea.
Cuando alguien se pierde en el bosque, aparece moviendo sus brazos como una veleta, indicando los puntos cardinales, y ofrece acompañar al extraviado, extendiéndole la posibilidad de caminar como un niño, tomado de la mano, hacia el destino buscado. Tomar la mano blanca del hada de los extraviados es encontrar la locura irremediable.
Se los suele ver en los bosques, a los enloquecidos, andando por las más terroríficas visiones y condenados a estar perdidos toda la vida.